En otros tiempos, los griegos, los dioses, los héroes y los seres humanos vivían juntos. Pero, en la Odisea, esta situación feliz ha llegado a su ocaso: Ulises no pertenece ya al tiempo heroico de la Ilíada, sino al nuestro. Aunque su vida no es concebible sin la intervención divina, los dioses están ahora lejos. Ulises es sólo un hombre. Mientras los demás guerreros sueñan con repetir las hazañas y el destino trágico de Aquiles, Ulises se adapta, se pliega, acepta los límites y aprende a superarlos. De vuelta a Ítaca enseña a Telémaco su arte de vivir: el aguante y las palabras de miel, que transforman nuestra miseria, la sombra de nuestro sueño, en una construcción armoniosa.
Pietro Citati se mueve, en la multiplicidad de las refracciones y reflejos, con la mirada precisa y aguda de su personaje, sobreentendiendo con afable sabiduría el mosaico infinito de las interpretaciones. Al final, un nuevo héroe y un nuevo mito, tan cercano a nosotros, nos transportan con la ola de aquel mar en el que Ulises ha viajado, sufrido y amado tanto.