Vasili Grossman quiso dejar constancia de todo lo que había vivido durante la Segunda Guerra Mundial, la muerte de su madre y de su hijastro y su experiencia como corresponsal de guerra, en un ambicioso ciclo novelístico en dos partes. La primera, iniciada en 1943 y publicada en 1952 con el título Por una causa justa, se tenía que titular Stalingrado. La segunda, escrita a partir de 1949, con los mismos protagonistas, sería Vida y destino.
De las dos, Vida y destino es un clásico leído por miles de lectores en todo el mundo. La primera, en cambio, ha sido considerada como una novela de menor rango. Es más, Efim Etkind y Simon Markish, dos de las personas que más hicieron por salvar el manuscrito de Vida y destino, publicándolo por primera vez en Occidente en 1980, en el prólogo a dicha edición, afirmaban que Por una causa justa «pudo haber ganado un merecido Premio Stalin, porque rebosaba amor por el régimen socialista…».
¿Pudo Grossman escribir dos novelas tan desiguales a pesar de concebirlas como un todo y redactarlas una tras otra?
La presente edición responde a esta pregunta. Aparte de devolver a la novela el título que para ella quería Grossman, Stalingrado, por primera vez la reconstruye con los más de cien fragmentos, algunos de un par de frases, otros de párrafos y páginas enteras, que la censura soviética obligó a suprimir. Con ello, la novela se enriquece y se llena de matices, hasta convertirse en una obra distinta de la que se había podido leer. Ahora, como afirma The Economist, «igual que Vida y destino, la nueva Stalingrado es una obra maestra».
Vasili Grossman quiso dejar constancia de todo lo que había vivido durante la Segunda Guerra Mundial, la muerte de su madre y de su hijastro y su experiencia como corresponsal de guerra, en un ambicioso ciclo novelístico en dos partes. La primera, iniciada en 1943 y publicada en 1952 con el título Por una causa justa, se tenía que titular Stalingrado. La segunda, escrita a partir de 1949, con los mismos protagonistas, sería Vida y destino.
De las dos, Vida y destino es un clásico leído por miles de lectores en todo el mundo. La primera, en cambio, ha sido considerada como una novela de menor rango. Es más, Efim Etkind y Simon Markish, dos de las personas que más hicieron por salvar el manuscrito de Vida y destino, publicándolo por primera vez en Occidente en 1980, en el prólogo a dicha edición, afirmaban que Por una causa justa «pudo haber ganado un merecido Premio Stalin, porque rebosaba amor por el régimen socialista…».
¿Pudo Grossman escribir dos novelas tan desiguales a pesar de concebirlas como un todo y redactarlas una tras otra?
La presente edición responde a esta pregunta. Aparte de devolver a la novela el título que para ella quería Grossman, Stalingrado, por primera vez la reconstruye con los más de cien fragmentos, algunos de un par de frases, otros de párrafos y páginas enteras, que la censura soviética obligó a suprimir. Con ello, la novela se enriquece y se llena de matices, hasta convertirse en una obra distinta de la que se había podido leer. Ahora, como afirma The Economist, «igual que Vida y destino, la nueva Stalingrado es una obra maestra».