Nacido en Candía (Creta), El Greco se vinculó a España al servicio de Felipe II, con ocasión de la obra decorativa del Monasterio de El Escorial. Su inquietante producción, denostada por la Ilustración dieciochesca, fue redescubierta en el siglo XIX gracias al interés que mostraron por ella tanto pintores como intelectuales románticos franceses. Desde entonces no ha dejado de ser objeto de devoción y de estudio. El reconocido prestigio y la rigurosa calidad de los veinte especialistas que colaboran en este volumen garantizan un sólido conocimiento de este sugerente artista y de su fascinante obra.
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