¿Era o no Elicio Cedal culpable o al menos sospechoso del atroz asesinato de un matrimonio cometido catorce años atrás? Esa pregunta quedó sin respuesta para el Comisario Samuel Mol, porque no supo, no pudo o no quiso resolver aquel caso. El casual encuentro del Comisario, ya jubilado, con el anciano Elicio sacudirá unos presentimientos que tienen que ver más con el pasado que con el futuro, más con la inocencia de los fantasmas que con la culpabilidad de los vivos.




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