Este volumen recoge (sometida por su autor a una severa revisión) la poesía de Félix Grande desde 1958, e incorpora un libro escrito en el año 2010: La cabellera de la Shoá, una obra sorprendente y estremecedora.
Considerado como uno de los más importantes líricos españoles de la promoción de los «niños de la guerra», Félix Grande no se encuadra en ningún movimiento literario. Firmemente enraizado en sus orígenes de niño fue pastor de ganado con su abuelo; y su madre en un hospital y su padre en el frente lucharon a favor de la República su poética se fue abriendo a otras influencias como el jazz y el flamenco, del que es uno de los máximos especialistas.
En el prólogo que abre esta edición, cuyo título es ya toda una definición de la obra de Félix Grande, «Hueso de la calamidad, gasas de la misericordia», Ángel Luis Prieto de Paula destaca como rasgos visibles «la exasperación expresiva, la emoción explícita, el confesionalismo y el compromiso social». Y concluye: «En Félix Grande la mirada tiene una fortísima capacidad para para imponerse sobre lo mirado, de modo que la figuración realista termina torsionada o deshecha en su reflejo verbal. Visto así, la compasión no es la tierna piedad (una pasión viciosa para los estoicos, según Montaigne), ni el amor amasado con la melancolía (Descartes), ni tampoco el sentimiento que aniquila la voluntad de vivir (nirvana búdico, Schopenhauer), sino una fraternidad insurgente con los segregados que pretende subvertir el statu quo en el que se arrellanan las injusticias.»