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Bousquet, Joë

Joë Bousquet nace en Narbona, 19 de marzo de 1897, hijo de Joseph Bousquet, comandante médico del ejército que en 1900 se traslada a Carcasona, donde abre consulta como médico general. En 1914 estalla la Primera Guerra Mundial y Joseph es destinado en Creil, cerca de París; allí matricula al joven Joë en la Escuela Superior de Comercio de París. Al año siguiente, de nuevo por causa de la guerra, la familia entera regresa a Narbona. Allí el futuro escritor se inicia en la droga. Ese mismo año, con solo diecisiete años, Joë Bousquet se presenta como voluntario al ejército francés. Elige destino en el frente dentro del 156.º Cuerpo de Ataque, batallón disciplinario en el que gran parte de los soldados de infantería son presos comunes que, de sobrevivir a la guerra, serían indultados por méritos en servicio de armas. Su comportamiento heroico le reporta numerosas condecoraciones. En 1917 es herido en las trincheras de Lorena al atacar una posición alemana. Se restablece en el hospital de Nancy para luego regresar a Béziers de permiso. Poco después solicita el reingreso en primera línea de fuego. En Vailly, el 27 de mayo de 1918, una bala enemiga le atraviesa tres vértebras lumbares. Bousquet queda irremisiblemente hemipléjico, incapacitado para caminar el resto de su vida. Pasa el comienzo de su convalecencia en la propiedad campestre de su familia, en Villalier, pero no tarda en recluirse en su dormitorio de la rue Verdun en Carcasona; allí descubre en la escritura una aliada. Duerme por la mañana y pasa gran parte de la noche en vela; llena su pipa de opio y se dedica a rellenar cuaderno tras cuaderno. Recibe la visita de lo más granado de la literatura francesa del momento: Louis Aragon, Elsa Triolet, Paul Valéry, André Gide, Paul Éluard con Gala, el editor Gaston Gallimard, Julien Benda, el hispanista Jean Cassou, Jean Paulhan o Simone Weil. No faltan los amigos locales, con quienes funda la revista Chantier y colabora estrechamente en Cahiers du Sud. Amistades y visitas pasajeras son decisivas en su vida y materia esencial de muchos de sus libros y su correspondencia, como también lo son los grabados, dibujos y pinturas que llenan las paredes de su cuarto: Yves Tanguy, Max Ernst, Hans Arp, Dalí, Miró, Paul Klee, Masson, Dubuffet… En abril de 1950 una crisis severa su familia decide hospitalizarlo con carácter de urgencia. Seis meses más tarde, la noche del 27 al 28 de septiembre, Joë Bousquet muere en Carcasona a los cincuenta y tres años.